Por WhatsApp, el gobierno argentino profundizó ayer el cepo a los importadores dispuesto a sacrificar, de esta manera, actividad económica y empleo por una posible estabilidad financiera de cara al ballottage. Esto no es más que decir que con la decisión tomada por el Banco Central (BCRA) la política económica oficial ya se reduce sólo a la política cambiaria.
La medida se suma a otras trabas que ya ha aplicado el gobierno de la vecina orilla al comercio y que han impactado en las exportaciones que hace Uruguay a ese país. De hecho las ventas de bienes entre enero y septiembre hacia Argentina cayeron 4,1% frente a igual lapso del año anterior, según datos de Uruguay XXI.
«Les solicitamos que consulten [con el BCRA] toda operación que supere los US$ 75.000», decía el escueto mensaje enviado por la popular aplicación a los operadores de los bancos comerciales desde la entidad que dirige Alejandro Vanoli.
Con esa medida, se reduce un 50% (desde los US$ 150.000) la pauta diaria de dólares que reciben las empresas que importan productos terminados e insumos para la producción. En 2012 ese monto era de 500.000 dólares. Según los cálculos, de la Cámara de Importadores (CIRA), gracias a esta nueva restricción quedan atrapadas en el cepo unas 300 empresas medianas. «Este tipo de medidas de neto corte coyuntural, pone a las empresas en situaciones cercanas al default comercial, que implican penalidades adicionales, costos de mora por incumplimiento de compromisos asumidos en tiempo y forma, y hasta interrupciones posibles de suministro de materias primas, insumos y bienes críticos para la producción y la población», alertó la CIRA en un comunicado.
La falta de divisas es agobiante. El Gobierno anunció ayer además que obligará a las aseguradoras a liquidar el 50% de los bonos en dólares en el corto plazo y el total de su posición en diciembre. Por otro lado, el BCRA subió las tasas de las Lebacs para absorber los pesos que en las últimas semanas se fugan al blue y al contado con liquidación (ver Pág. 11).
En el BCRA afirmaron que sólo se trata de «mejorar la coordinación» entre los bancos comerciales y esa entidad. «Hasta ahora los bancos informaban las operaciones por encima de 150.000 dólares. Ahora sólo se pidió que informen las que harán por encima de 75.000, ya que muchos optaban por partir operaciones en montos menores a 150.000 y evitar así el compromiso de informar. El único objetivo es hacer más prolija la administración del abastecimiento de divisas. No es una restricción.»
Pero la situación es grave, sobre todo para las medianas empresas. «En 2013 tenía 25 empleados, hoy tengo 14 si me cuento a mí», afirmó Daniel, dueño de una firma que importa y ensambla accesorios para teléfonos celulares. «Estamos en una situación muy compleja.» El empresario pyme cuenta que los problemas se extendieron todo el año. «Las DJAI las aprueban en cuentagotas y los dólares no te los dan aunque presentes todos los papeles. Ahora si te atrasás con las cargas sociales de tus empleados te suspenden como importador», agregó enojado el hombre, que recibió la última autorización para importar en junio.
En la industria electrónica, no sobran los dólares. «El cupo que tenemos otorgado es de 300 millones dólares mensuales pero en los hechos en las últimas semanas nos están autorizando sólo un tercio de esa plata», dicen fuentes del sector.
En una firma analizaron el impacto de las expectativas. «En el último tiempo no sólo se redujo el ritmo de las autorizaciones del Banco Central. También están aumentando los pedidos de las empresas para cancelar pagos en el exterior porque muchos se están cubriendo ante una eventual devaluación», afirmaron en una compañía y agregaron: «Si siguen a este ritmo, está claro que no llegan al 10 de diciembre. Cortar el chorro de las autorizaciones para el giro de divisas era casi la única alternativa que les quedaba».
Las automotrices también sufren la profundización del cepo. Desde después de las PASO, les redujeron un 30% del cupo. Ayer no recibieron ningún dólar: el BCRA pateó a mañana, indicaron dos compañías. En otras firmas redujeron un 50% el flujo de divisas para nuevas inversiones.
«Esto genera un alerta en el sector», afirmó Diego Pérez Santisteban, presidente de la CIRA desde Barcelona. «Además es un contrasentido que implica el que mismo Gobierno que autoriza gota a gota las importaciones se el mismo que después impide pagarlas», agregó.
Según dijeron a LA NACION, son varias las empresas que ya despachan gracias a amparos judiciales. Otras en cambio, apuestan al contado con liquidación para acceder a los dólares, lo que impacta en la inflación.
«Las importaciones están cerradas hace semanas», criticó el protesorero de la UIA Guillermo Padilla. «Lo más grave son los insumos para nuestra actividad. Es un drama cuando hemos hecho tantas inversiones», cerró.
Fuente: El País.